domingo, 23 de septiembre de 2012

Salinas reloaded

Basta ver a los personajes priistas designados a abordar las reformas urgentes, para descubrir que, coincidencia o no, se asoma, y fuerte, el olor del regreso del salinismo. O su versión 2012.


Tres talones de Aquiles fueron los que acusó la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto.

Falta de transparencia, denuncias de corrupción y abuso en la contratación de publicidad en los medios.

Curioso o no, los senadores priistas congregados esta semana en Chihuahua por su líder Emilio Gamboa, escucharon de Luis Videgaray, el todopoderoso coordinador de la transición peñista, las tres reformas urgentes a abordar.

Una, la que amplíe las facultades transparentadoras del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI). Otra, la que promueva la creación de una Comisión Nacional Anticorrupción.

Y una tercera que fije reglas claras para la asignación del presupuesto publicitario oficial en los medios.

Está claro, pues, que la estrategia peñanietista –o de quien se la haya diseñado– es combatir el fuego con fuego.

Pero basta ver a los personajes designados –tres muy respetables– para descubrir que, coincidencia o no, se asoma, y fuerte, el olor del regreso del salinismo. O su versión 2012.

Para abrir boca, el que dio el anuncio –Luis Videgaray– es hijo político-financiero de Pedro Aspe, el supersecretario de Hacienda de Carlos Salinas de Gortari, quien sin duda figurará en el nuevo gabinete, ya sea en Pemex o en Relaciones Exteriores.

Para la reforma del IFAI fue designada Claudia Ruiz Massieu, abogada de la Ibero con maestría y doctorado en Madrid.

Es hija del victimado secretario general del PRI, José Francisco Ruiz Massieu, y de Adriana Salinas de Gortari. Es decir, es sobrina de Carlos Salinas de Gortari.


La creación de la llamada Comisión Nacional Anticorrupción, la que más debates generó entre los senadores, es para Emilio Lozoya Austin, un economista del ITAM con maestría en Harvard.

Es hijo de Emilio Lozoya Thalmann, quien fuera secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal con Carlos Salinas de Gortari y compañero de facultad en la UNAM, no solo del ex presidente, sino también de José Francisco Ruiz Massieu, Manuel Camacho, Alberto Anaya y Hugo Andrés Araujo.

Y en la comisión que evaluará la asignación de la publicidad a los medios estará Jorge Carlos Ramírez Marín, un abogado egresado de la Universidad de Yucatán.

Aunque no aparece en cargos oficiales durante el salinato, el yucateco Ramírez Marín es hombre de todas las confianzas de otro yucateco, Emilio Gamboa Patrón, ahora jefe de la bancada priista en el Senado.

Y no hay que olvidar que aunque vivieron su desencuentro después del asesinato de Luis Donaldo Colosio, Gamboa y Salinas se la deben el uno al otro.

Como secretario particular de Miguel de la Madrid, Emilio Gamboa fue el factor para abrir las puertas del despacho presidencial al entonces secretario de Programación y Presupuesto.

Salinas premió esa lealtad de Gamboa con tres posiciones clave durante su sexenio: director de la Lotería Nacional, director del Seguro Social y secretario de Comunicaciones y Transportes.

Así que por donde se le vea, coincidencia o no, los cuatro primeros apuntados para las tareas del nuevo gobierno priista –Luis Videgaray incluido– son hijos biológicos o políticos de los más cercanos colaboradores de Carlos Salinas de Gortari entre 1988 y 1994.

Son los pupilos de quienes fueran su secretario de Hacienda, su secretario de Energía, su secretario de Comunicaciones y su secretario general del PRI.

Si este fenómeno se repite en la conformación del gabinete, no lo duden, los cimientos del nuevo gobierno estarán fincados sobre el inconcluso proyecto del salinismo.

Aquel que fue truncado en Lomas Taurinas, a las cinco de la tarde con doce minutos, del 23 de marzo de 1994.

http://www.reporteindigo.com/reporte/mexico/salinas-reloaded

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